lunes, 20 de diciembre de 2010

CENTENARIO DE LEZAMA LIMA




“La vieja ciudad, antaño llamada de intramuros es ciudad en sombras”, recuerda Alejo Carpentier en su libro La ciudad de las columnas, para referirse a La Habana, isla de tierra del mar del Caribe, Cuba, el lugar donde nació el 19 de diciembre de 1910 José Lezama Lima. Prueba del barroco como exuberancia y de fusión cultural que explica lo imbricado de la realidad americana es también su lengua, su imaginario, su arte, su historia.
Para la poesía contemporánea, la aparición del libro Muerte de Narciso, representó una faceta inaugural de las pretensiones estéticas de Lezama, en las que enlazaba memoria e imagen, lenguaje y emoción del hombre moderno, su voz poética recorría a través de la palabra lo innombrable de su videncia personal del mundo cotidiano. Continuará esa progenie Enemigo Rumor, lo hermético y lo sensual ahora edifica escenas ambiguas, a contracorriente, enriqueciendo la atmósfera barroca y el silencio de la poesía. Innegable que alcanzará su cumbre estética en la novela Paradiso. Lezama Lima es considerado como el escritor más importante del siglo XX en Cuba y uno de los más influyentes en la poesía contemporánea de Latinoamérica. En el Perú, su poesía diseñó algunas formas y condicionó a aquella voz que nombra las cosas ocultas; al igual que Martín Adán, Lezama descubre la tradición e inventa un nuevo rostro de la poesía. Poetas como Rodolfo Hinostroza, Vladimir Herrera, en los años 60 y 70 fueron prefigurando su cadencia con el influjo de la comprensión desmesurada y contenida de las imágenes puestas sobre la página como una herrumbre lírica que nos gasta desde fuera, por lo inasible de los recursos y por acercarnos desde lo cotidiano de las cosas hasta las más complicadas aflicciones que la vida otorga. El poeta, narrador y ensayista José María Andrés Fernando Lezama Lima falleció en La Habana el 9 de agosto de 1976.

A continuación reproducimos el poema DECIRES DEL DESEO LEZAMA que integra el volumen Del verano inculto del poeta peruano Vladimir Herrera como un homenaje desde el único lenguaje de la poesía:

DECIRES DEL DESEO LEZAMA

A Miriam de Maetzu, sagitario

El cielo pulcro sobre la diamantina, la mar untuosa
Vana para los ojos honorados, el dicho del cielo pleno
De una rosa copiada en su esfera manida, su celosa.

La mar vagarosa de faldas en lejanías frutecida,
No recobrada a la hora de las izadas iras de amor,
No sombra repelida por la gracia o la materia fina
O la por fin trocada de corazones agua binaria
Del gesto encalado. Estilo de arquero, sí, tesón,
Arrechura envenenada. Y para acabar con la risa,
Tu oscuro cuerpo de señora enfrentándose a los vellos
De estas que son manadas, recuentos de un solo
desconsuelo
Y artes del instrumento que son hechizos
De la flama erecta para el mejor lector del hígado etrusco
Bajo la luna elefantina de los restos y la retórica
Del mar con sus arenas locas su lustre y sus envelados.

Sagitario friolento acomodado en su ballestera, moderno
En los usos, y en los sudores del vellocino malcriado,
Verboso lerdo que apunta al mar su flecha enmielada,
Sólo su cola se salva en rigor de la cuaderna vía,
Retruécanos de aspirar suntuoso poesía para el revuelo,
Talidad, omnímodo hueso, criatura perenne en la
marquesina


La obra Del Verano inculto se publicó por vez primera en Valencia (España) en 1980. Del poeta Vladimir Herrera se dice: “su poesía explora lo barroco no como ornamentación, sino como el necesario juego de espejos y contrastes mediante el cual expresa la cifra de su pasión erótica y poética”. Su calidad y trascendencia en la poesía hispanoamericana ha quedado registrado al ser incluido, en la edición especial de Tusquest bajo el título 20 años de Poesía. Nuevos textos sagrados (2009).

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